Antes de analizar los eclipses concretos de los próximos 25 de octubre y 8 de Noviembre de 2022 en el Eje Tauro - Escorpio en una próxima entrada, me gustaría reflexionar acerca de qué significan los eclipses realmente y cómo podemos interpretarlos. Ancestralmente, se les ha otorgado una importancia casi mágica a través de las culturas y los tiempos. Y, mirando internamente en lo personal, sospecho que no es para menos. Aviso a navegantes que mi ascendente Escorpio se va a poner un poco intenso en esta entrada, pero creo que el tema lo merece. Al fin y al cabo los Eclipses ya son un poco escorpianos de por sí.
Lejos de atreverme a contar mi historia, solo quiero decir que, habiendo entrado en el Período de Eclipses (donde el Sol se va acercando a los nodos poco a poco y está a menos de 20º de ellos, aunque todavía no hayan llegado los eclipses como tales) yo ya empiezo a barruntar sin ningún lugar a dudas de por dónde van los tiros en mi vida en los aspectos que toca el Eje Tauro - Escorpio en mi carta. De aquí la invitación a que realices el viaje introspectivo de mirar hacia dentro para saber por dónde van los tiros en tu caso.
Muchos astrólogos psicológicos, humanistas y evolutivos reconocen el poderoso potencial de los eclipses. La definición que más me resuena ha sido la siguiente:
El período de Eclipses es extremadamente poderoso y potente donde todo se intensifica. Nuestra percepción del tiempo deja de ser lineal; se abre un portal a otros mundos donde el ego personal deja de estar en control y se convierte en un período de Intervención Divina donde los sucesos por "destino" tienen mayor influencia, donde el cambio sucede muy rápido y es como si algo de orden superior estuviera sucediendo. Podríamos considerarlo como el episodio final de una serie de TV donde todo llega a un clímax. (Maurice Fernández, astrólogo evolutivo)
Aunque esta definición pueda sonar un tanto dramática y esotérica, no puedo estar más de acuerdo, y esta vez no es una simple teoría.
Por supuesto que lo que nos sucede pueden ser cosas que son muy intensas de procesar, que pueden cambiar nuestra vida de forma drástica. Sin embargo, nada es bueno o malo a priori. Que sean percibidas por nosotros como buenas o malas no quita que probablemente sean siempre para bien, aunque muchas veces puedan resultar como pérdidas, donde algo se va, se termina, se muere y en otras como algo que viene a recompensarte por tu esfuerzo previo.
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